martes, 4 de octubre de 2011

Un brindis por todos los que se han ido.


Es inevitable derramar lágrimas cuando alguien (un familiar, un amigo, una mascota especial) se va físicamente para no volver. Pero también es inevitable recordar a ese alguien, y eso no es malo, sino todo lo contrario; mientras alguien cierre los ojos y siga viendo a ese supuesto alguien, mientras alguien siga soñándole, mientras se siga recordando su voz, su sonrisa, su olor, sus gestos o sus manías, ese alguien seguirá vivo. Dediquemos una sonrisa a todos nuestros seres queridos que nos han dejado muy a su pesar; antes de irse nos han dejado perlas en forma de recuerdos que hacen que debamos sentirnos afortunadísimos de haberlos conocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario